El color lo inunda todo en nuestras vidas, es una característica fisiológica de nuestra raza el poder percibir ciertas gamas del espectro electromagnético de la luz emitida por el sol.
Nuestro ojo que en realidad es una especie de antena combinada con un sistema óptico, recibe el espectro luminoso y lo transforma en pulsos eléctricos que nuestro cerebro decodifica en una zona en específico como formas y colores.
Del espectro de luz nosotros podemos captar toda la gama que podemos apreciar en un arcoíris, que van desde el rojo hasta el azul índigo, arriba del infrarrojo y abajo del ultravioleta.
Hay una necesidad intrínseca a nosotros de comprender el funcionamiento de todo cuanto existe, esto no se sabe o se concluye, si es una maldición o una bendición, así es. En este afán también se ha intentado comprender el funcionamiento de lo que sentimos y de la belleza misma y en estos rublos y aun mas entran los estudios que se han hecho sobre la teoría del color.
Las tres principales son la de Newton, Goethe y Johannes Ittem.
Las de Newton y Goethe se diferencian en que la de del primero toma en cuenta un rojo, azul y amarillo, esta esta basada en la idea del espectro del luz y la de Goethe, en vez de rojo toma al magenta y en vez del azul al cian.
Otra aclaración pertinente es que hay dos grandes divisiones en el problema del color y son los aditivos (RGB) y los sustractivos (CMYK), unos son colores luz y los otros son colores pigmento.
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